jueves, 17 de octubre de 2013

El Circo Verde

Escrito por Josimar Lara

Bienvenidos al circo llamado Selección Mexicana de Fútbol, donde lo que menos importa es usted, espectador-aficionado, quien paga su entrada al estadio, compra las playeras y así mantiene ese gran negocio del  Tri. Aquí el espectáculo consiste en ver como por cuidar intereses comerciales y económicos las decisiones se toman apresuradamente y con el riñón, no con la cabeza, en un equipo que está a nada de quedar eliminado del mundial.

Acá no importa si como director técnico ganaste 5 títulos de Liga y sólo tienes  2 partidos para limpiar todo el cochinero que se ocasionó en una fiesta llamada Eliminatoria rumbo a Brasil  2014, igual te echan. Acá se cumplen caprichos de personas de pantalón largo y patrocinadores, que tal vez no saben mucho de fútbol pero son los que ponen dinero,  entonces según ellos, Miguel Herrera, el técnico de moda, es el indicado para poder "salvar" a México y poderle ganar a Nueva Zelanda en la reclasificación para ir a la Copa del Mundo .

Nadie discute de la capacidad de Miguel Herrera, quien en  11 años como director técnico de fútbol ha conseguido un sólo título con el América hace apenas 6 meses, descendió estando al frente del banquillo del Veracruz, perdió 2 finales dirigiendo al Monterrey, además de algunos  torneos con altibajos dirigiendo a Tecos y Atlante. Pero es obvio que sólo tomará al Tri  porque hizo campeón al equipo del dueño del país, o acaso, ¿Guillermo Vázquez sería candidato en caso de que hubiera logrado el título con Cruz Azul?  Porque respetando el requisito de tener un campeonato en el fútbol mexicano para dirigir la Selección Mexicana, Memo Vázquez ya consiguió un título de liga con Pumas y la menospreciada Copa con el Cruz Azul en mucho menor tiempo; pero ni ganó su segundo campeonato de liga  ni está de moda, inclusive  es considerado "pecho frío".

Otro factor para que eligieran al "Piojo" Herrera, es su fuerte carácter; eso perfectamente  también lo cumple Tomas Boy, pero que "El Jefe", aparte de no tener ningún título de liga y su único mérito deportivo es salvar a varios equipos del descenso, tiene en contra que por su fuerte carácter llega a pelearse con jugadores, técnicos, periodistas y hasta directivos, lo que mancharía la "buena imagen" del seleccionado y sus patrocinadores.

Pero se les olvida que "El Piojo" hace no mucho también se peleaba con jugadores y técnicos, inclusive que mensaje puede transmitir a los seleccionados si en su época de jugador quedo fuera del Mundial del 94 por hacer una falta innecesaria a un jugador hondureño, lo que le costó la expulsión del partido  y de las convocatoria final de Miguel Mejia Barón.

No es en contra de "El Piojo" Herrera, creo que es un buen técnico y que ya se controla más, pero que siendo sinceros toma la Dirección Técnica del Tri porque está de moda, ya que este 2013 ha sido de ensueño para él, campeonato y liderato general con el América en la Liga Mx y el pase a la siguiente ronda en la Liga de Campeones de la CONCACHAMPIONS.  Porque si fuera por  títulos y carácter hay varios técnicos que fácilmente pueden tomar las riendas de la Selección.

La realidad es que los dueños y directivos no hicieron un análisis a fondo para ver quién era el indicado para sustituir al Chepo de la Torre, es más, dudo que  hayan hecho un análisis del perfil adecuado para tomar las riendas de la  Selección Mexicana, sólo han ido tomando decisiones sobre la marcha.

Es cierto, como aficionado al fútbol quiero que  Miguel Herrera salve en dos partidos las malas decisiones de los dueños representados por Justino Compeán, y quienes se equivocaron en no despedir a tiempo a José Manuel de la Torre, por poner a Luis Fernando Tena de emergencia a dos días de un partido importante frente a USA. Ahora se equivocan en despedir a Víctor Manuel Vucetich, que sus errores fueron confiar nuevamente en los jugadores que radican en Europa y no meter a Lucas  Lobos, perder frente a Costa Rica y que gracias  a la victoria de Estados Unidos sobre Panamá se logró tener una esperanza más de jugar en Brasil 2014. Salvo eso, es el menos culpable de los culpables.

Así como Miguel Herrera tampoco sería culpable en caso de una eliminación, ya que tendrá poco de un mes para preparar el partido frente a Nueva Zelanda, en el que se atraviesa un encuentro frente a Finlandia, debido a que todos se imaginaban que ya para esas alturas México conseguiría su pase al Mundial; pero que no es fecha FIFA y si "El Piojo" piensa en llamar jugadores que están en Europa no podrá hacerlo, entonces queda en las mismas circunstancias que Vucetich. Dicen que en este caso se jugará con prácticamente todo el plantel titular del América quitando los extranjeros y sólo se reforzaría con algunos otros jugadores, pero en el fútbol nada está escrito y puede pasar cualquier cosa, como que los elementos americanistas se caigan psicológicamente o sufran una lesión por la presión de salvar a la Selección Mexicana y conseguir el bicampeonato en la Liga, y a estás alturas todo se debe considerar porque ya no debe haber margen de error.

Es cierto que los mayores culpables son los jugadores en los que confiaron tanto el Chepo y Vucetich, incluso algunos se han negado en venir a las convocatorias en más de una ocasión,  pero eso es harina de otro costal. En esta ocasión estamos hablando de  que los errores de los directivos por tomar decisiones apresuradas y sin ninguna planeación están apunto de dejarnos fuera de la Copa del Mundo, así como nos quedamos fuera de Italia 90 porque a los directivos se les ocurrió la grandiosa idea de poner a jugar a cachirules en una eliminatoria de selecciones menores.

¿Será qué por anteponer el negocio antes que lo deportivo y combinado con las malas decisiones México quede fuera de un Mundial?


martes, 28 de mayo de 2013

Al final todos somos iguales

“El entusiasmos que se desata cada vez que la bala blanca sacude la red, puede parecer misterio o locura”- Eduardo Galeano-.

Y ahí estaba él sentado en su butaca, nervioso, preocupado, triste y tal vez un poco resignado  de ver como su equipo el América se le escapaba de las manos el campeonato en su propia casa, el mítico estadio Azteca, pues no había esperanza de empatar el marcador global de 2-0 en contra, jugando con un hombre menos desde el minuto 15 y el juego agonizando, faltaba poco para que el árbitro pitara el final del partido y el Cruz Azul se coronará campeón.

El escritor Juan Villoro en su libro “Dios es Redondo”, menciona que “el aficionado al fútbol busca capacidad para la magia”, por lo que éste fiel seguidor del América, creyó que un milagro era posible cuando al minuto 88 el defensa azulcrema, Aquivaldo  Mosquera, se levantó en el área enemiga y anotó el gol que acortaba distancias en el marcador global, tal vez para los escépticos sólo significaba una anotación para que los americanistas dijeran con orgullo “2-1 pero caímos como los grandes, peleamos hasta el final”, pero para él, a quien su padre le heredo la pasión y el amor por las Águilas, era una luz de esperanza de ver a su equipo levantar la copa por onceava ocasión en su historia.

Pero ni él ni el resto de los aficionados americanistas se imaginaron que en el minuto 93 en la última jugada del partido, en un tiro de esquina el arquero  Moisés  Muñoz dejara su portería para irse como un delantero más y con un remate de cabeza que fue desviado por un defensa del  Cruz Azul, convertiría al estadio Azteca en un verdadero manicomio, pues el guardameta  lograba lo impensable empatar y mandar el partido a tiempos extras.

Él no se volvió a sentar durante los 30 minutos de alargue, se desgarró la garganta alentando a su equipo, se unió al grito de guerra, “¡Águilas! ¡Águilas!”. Su corazón se aceleró cuando llegaron los tiros penales, su equipo estaba más cerca de darle una alegría como en aquel 2005, última vez que fueron campeones.

Entonces llegó el momento de los penales, después de 2 tiros fallados por parte del Cruz Azul y todos cobrados de manera perfecta por los americanistas;  Miguel Layun, el jugador más criticado del América, se paró frente al portero Jesús Corona, para vencerlo y darle el título a las Águilas, lo que provocó que  éste aficionado festejara eufórico, como un niño brincaba y gritaba “¡Campeón! ¡Campeón!, se quitó la playera, les aplaudió e incluso se arrodilló para reconocer el esfuerzo de sus jugadores, no le importó llamarse Emilio Azcárraga, ser dueño de Televisa, y uno de los hombres más poderosos de México.

Emilio Azcárraga no pensó que su eufórico festejo se convertiría en el hashtag #MepongopedocomoAzcárraga  en Twitter y sería motivo de burlas, por comportarse  como un aficionado ordinario y dejando de lado las poses, lo que demuestra que en el fútbol durante 90 minutos al final todos somos iguales, pues un gol provoca la euforia en sus aficionados, haciéndoles perder la cabeza en un festejo.

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